sábado, 14 de marzo de 2009

Apariencia lógica



Las calles, sus gentes. Sus vacíos y sus rellenos estables, que al fin y al cabo acaban siendo eso, simples rellenos de luces en vida. Todos con sus mundos, con sus vidas muertas o vivas de sentido pleno. Apariencia, todo se reduce a eso finalmente, simples o complejas apariencias.

Hacemos lo que no queremos hacer y en cambio no hacemos aquello por lo que lo daríamos todo. La apariencia es irónica, se olvida y acabas creyendo en ella casi sin percatarte de que lo que estas haciendo es todo lo contrario a lo que hubieras hecho hace unos cuantos meses. Todo cambia, qué más dará dónde desemboque mi vida, cuándo y por qué. Al final como es común por mucho que te esfuerces en contradecir los hechos todo volverá a cambiar de la noche a la mañana (que no de la mañana a la noche) y no recordaremos nada sobre nuestras equivocaciones, o sobre nuestros sueños sin cumplir.

Por consecuencia de esas mismas razones, no me da miedo correr riesgos. Le tengo miedo a cosas como el tener miedo, por ejemplo. Pero a eso... ¿Por qué? ¿Qué más dará? Si total, finalmente todo acaba desembocando en lo que menos te esperabas. Lo imprevisible, llegando al punto de ser lo ilógico. La mayoría de las gentes que andan por las calles carecen de lógica, y en cambio se pasan sus vidas basándose en ella. No hace falta buscar lo lógico para seguir viviendo de la apariencia, el propio término existe dentro de ella.

Hoy por hoy lo que se toma por lógico es el aparentar lo que no es, el hacer aquello que no quieres hacer o el no decir aquello que tanto anhelas gritar al mundo. La ironía de la vida, el nacer para quedarnos estáticos coleccionando posesiones arraigadas al tiempo. La permanencia y supremacía de la lógica apariencia en lo ilógico de la vida. Incluso el nihilismo en sí mismo tiene más creencia de vida propia que el propio miedo a vivir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario